Cuando los usuarios son niños…
Por circunstancias diversas, estoy realizando bastantes tareas a las que no estaba acostumbrado en mi entorno habitual (desarrollo Java EE con Seam). Y la última ha sido bastante peculiar, realizar una encuesta sobre la usabilidad de un juego online educativo. La característica más problemática es que los usuarios destino del juego eran niños de 6 a 12 años!
Así que me he armado de paciencia y asistido a una reunión de un amable grupo Scout (San Jorge 103) que me ha dejado usar a sus chavales de 10-11 años como conejillos de indias. He reunido mi equipamiento: portátil, encuesta hecha en forma de formulario de google docs, encuesta sobre la encuesta (metaencuesta :P) en google docs y móvil para grabar y dar wifi. Iba con varias ideas preconcebidas, sobre todo que el juego iba a ser muy complicado para los niños, al estar en inglés y su contenido educativo superior al nivel de 5º de Primaria.
Los resultados me han parecido sorprendentes, imagino que para un educador de Infantil será habitual pero para mi era un mundo completamente nuevo. Me sorprendió la rapidez de los niños de asimilar mecánicas de juego complejas y cambiantes, ninguno tenía problemas con el funcionamiento del juego online indicado para usuarios mayores pero se perdían en la semántica de las sentencias de la encuesta.
Lo más obvio, el lenguaje usado que debía ser muy coloquial y sencillo. Mi encuesta inicial estaba plagada de frases formales tradicionales, nada prácticas para un niño de 11 años.
Me sorprendió el manejo del ratón de los niños, pero sobre todo, la poca destreza con el teclado. Todos los campos de observaciones de la encuesta y las interacciones con el teclado en el juego eran inútiles. Los niños se lo pensaban varias veces antes de escribir algo, movían la barra de desplazamiento o se distraían mucho ante el campo de texto vacío. La teoría de HCI recomienda el uso de encuestas para evaluar interfaces, pero con niños las encuestas eran más productivas con campos cerrados y evitando el texto libre. De esta forma perdemos las sugerencias e ideas no reflejadas en la encuesta por lo que no queda otra que combinar las dos técnicas, encuesta y entrevista.
Les costaba asimilar conceptros cómo “Neutro”, característico de las encuestas de escala Likert impares. También era destacable la influencia que tenían las aclaraciones de la encuesta (si se utilizaban términos de ejemplo, tendían a incluirlos en la respuesta aunque no coincidieran con su opinión) y, sobre todo, del entrevistador.
La entrevista directa pierde mucha eficacia empleada con niños pequeños, sus respuestas tendían a intentar agradar al entrevistador. Al preguntarles por la diversión producida por el juego, ninguno se atrevía a comentar que era aburrido, aunque lo hubiesen marcado en la encuesta. Si la pregunta comentaba que la encuesta era demasiado larga respondían en contra, aunque se parasen a menudo a comprobar cuántas preguntas faltaban. Este efecto era sobre todo más marcado si la persona que les hacía la entrevista era completamente desconocida para ellos.
Basándome en las observaciones, realicé varias iteraciones sobre la encuesta, con mejores resultados. Tengo planeado seguir realizando (y mejorando) la encuesta en los próximos días y plasmar las nuevas observaciones.
Pero la mayor conclusión que he sacado es que todas las aplicaciones que he realizado son completamente inútiles en manos de un niño de 6 a 14 años. Si no piensas de antemano en ellos cómo usuarios destino de la aplicación, no les servirá de nada.